martes, 15 de enero de 2013

1º de Bachillerato: Realismo y cinematografía: Sergei Eisenstein



   El gran director ruso Sergei Eisenstein (1898-1948) dijo sobre sí mismo: "No soy realista. Soy materialista. Creo que las cosas materiales, la materia misma, nos da las bases de nuestras sensaciones. Me aparto del realismo para ir hacia la realidad."
   Sería, efectivamente aventurado, identificar a Eisenstein con el realismo, tal como lo estudiamos en teoría del conocimiento. Su concepto de la realidad coincidiría más bien con el materialismo dialéctico y sus leyes, basadas en la contradicción (tesis-antítesis y síntesis), entre imágenes contrapuestas, o simplemente distintas. Sin embargo, sí cabe encontrar cierta afinidad entre la "teoría fotográfica del conocimiento", o "teoría del reflejo", sostenida por Lenin, y la práctica cinematográfica del genial Einsenstein.
   Por lo demás, Eisenstein se opuso al montaje clásico, tal como lo concibe Griffith, y basó su concepción del montaje en los ideogramas japoneses, en los que dos nociones yuxtapuestas dan lugar a una tercera noción (por ejemplo: "puerta + oreja = oír"). Para Einstein, el montaje es "una idea que surge del choque dialéctico entre dos ideas, independientes la una de la otra", dando lugar a una imagen o idea sintética, más compleja, resultado de las otras dos.
   Sea realista, o materialista, El Acorazado Potemkin (1925) sigue siendo una de las películas más grandes de la historia del cine, no sólo por su trasfondo teórico, sino también por la fuerza emocional y el ansia de justicia social que aún transmiten sus imágenes. Si la teoría del conocimiento realista de Lenin tuvo este resultado, no podía estar del todo equivocada. Comprobadlo por vosotros mismos.


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