LA FILOSOFÍA EN EL BARRIO DE LA UNIVERSIDAD (ENTORNO URBANO DEL IES LOPE DE VEGA, San Bernardo, 70)
El Instituto Lope de Vega se encuentra situado en el “Barrio de la Universidad” (en su origen conocido como Barrio de Maravillas). Es un barrio del distrito Centro de la ciudad de Madrid, cuyos límites los marcan, de un modo aproximado, las calles de Princesa, Gran Vía, Fuencarral, Carranza y Alberto Aguilera. Desde finales del siglo XX se asocia al área de Malasaña, aunque esta comprende solo una pequeña zona del barrio. Recibe este nombre por encontrarse en la calle de San Bernardo el “Caserón de San Bernardo”, antigua sede de la Universidad de Madrid.
a) El primer “hito filosófico” cercano a nuestro instituto es la casa donde nació uno de los filósofos contemporáneos más importantes: Jorge (o George) Santayana (1863-1952).
Uno de los aspectos más relevantes de la filosofía de Santayana es su estética, expuesta en El sentido de la belleza (1896). En ella, Santayana trata de conciliar idealismo (Platón) y pragmatismo (W. James). Según Santayana, el valor estético de una obra de arte es objetivo e inherente al objeto bello (no es subjetivo, como el valor práctico), y por eso el arte es universal.
b) A continuación, hay que mencionar la Universidad Central, situada en el Caserón de la Calle Ancha de San Bernardo. En 1842 se trasladó la Universidad Complutense de Madrid al antiguo edificio del Noviciado de la Cª. de Jesús, que fue reconstruido casi por completo.
El edificio actual, de estilo neoclásico, es de Francisco Javier Mariategui (1775-1843), autor de los obeliscos de la Glorieta de Pirámides, y Narciso Pascual Colomer (1808-1870), creador del edifico del Congreso, quien se encargó de acondicionar el Paraninfo. Las pinturas son de Joaquín Espalter (1809-1880) y la labor escultórica de Ponciano Ponzano (1813-1877).
El edificio restaurado se inauguró solemnemente por la Reina Isabel II, al comienzo del curso 1855-56.
c) Filosóficamente, lo más relevante es que en esta sede universitaria surgió la corriente de pensamiento más importante del siglo XIX en España: el krausismo.
El introductor de esta filosofía en España fue Julián Sanz del Río (1814-1869). En 1843 fue nombrado catedrático interino de Historia de la Filosofía de la Universidad Central, y se le encargó trasladarse a Alemania, para conocer la filosofía que se estaba desarrollando en ese país (por entonces la más importante de Europa).
En Heidelberg entró en contacto con los discípulos del filósofo alemán Karl Christian Friedrich Krause (1781-1832), y se da cuenta de que su pensamiento puede impulsar una reforma intelectual y moral del pueblo español, por lo que se decide a importar su filosofía a España.
Entre 1844 y 1853 Sanz del Río permanece retirado en Illescas (Toledo), estudiando la filosofía de Krause, hasta que en 1854 se reincorpora a la Universidad, desde donde difundirá el ideario krausista a través de sus clases y de sus escritos.
En esta época, Sanz del río vive en la C/ de la Estrella, 9, hoy 11. Allí redactará su famoso Discurso inaugural del Curso 1857-58, pronunciado en la Universidad Central, que constituye el inicio del movimiento krausista en España.
En su Discurso de 1857, Sanz del Río exponía el programa del krausismo: transformar la sociedad a través de la educación, a la que deberían entregarse los profesores como una suerte de “sacerdocio intelectual”, pues para Sanz del Río y los krausistas los Institutos y las Universidades deberían concebirse como los “Templos del saber”.
La filosofía krausista de Sanz del Río era el racionalismo armónico, y propugnaba, sumariamente:
1) La primacía de la razón sobre la fe (no su incompatibilidad), con la consecuente libertad religiosa,
2) El ideal de una “Alianza de la Humanidad”, basada en la armonía y la tolerancia,
3) La educación integral de la persona (hombre y mujer) como único medio eficaz para lograr la reforma individual y social (feminismo avant la lettre),
4) El respeto a la naturaleza y los animales, con los que la humanidad ha de mantener una relación armónica (ecologismo avant la lettre),
5) Una honradez intachable, basada en el imperativo moral del “deber por el deber”.
Este ideario suscitó inmediatamente el rechazo y los ataques de los sectores reaccionarios de la sociedad, especialmente del clero. Amargado por la “fanática y obcecada intolerancia” de los neocatólicos, Sanz del Río morirá en el número 56 de la calle de San Vicente (hoy nº 60)
d) La vocación educativa del krausismo llevará a otro krausista, Fernando de Castro Pajares (1814-1874), catedrático y rector de la Universidad Central, a fundar en 1870 la Asociación para la Enseñanza de la Mujer (sita en la c/ San Mateo 15) y la Sociedad Abolicionista Española (1872).
e) Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), amigo y discípulo de Sanz del Río y de F. de Castro, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Central, crearon en 1876 la Institución Libre de Enseñanza. En 1882, otro krausista, Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935), creaba el Museo Pedagógico Nacional, que se instaló en la Escuela Normal (hoy Instituto Lope de Vega), dedicada a la educación de los maestros.
f) Otro “habitante filosófico” del barrio de la Universidad fue Nicolás Salmerón (1837-1908), catedrático de Metafísica de la Universidad Central desde 1869.
Salmerón sostuvo el krausopositivismo, es decir, una armonía entre la filosofía krausista y las ciencias, haciendo hincapié en el evolucionismo de Darwin y Spencer. Fue 2º Presidente de la I República Española (18 julio – 7 septiembre de 1873), dimitiendo por no querer firmar unas sentencias de muerte. En 1866, fundó el Colegio Internacional, en el nº 41 de la Corredera Baja de San Pablo.
En este colegio, siguiendo el ideal krausista, había libertad de cátedra y estaba prohibido golpear e insultar a los alumnos. Fue el modelo experimental para la Institución Libre de Enseñanza. Posteriormente, Salmerón se trasladaría a un bufete de abogados, sito en la c/ San Bernardo, 19.
Tras su muerte, acaecida en 1908 en Pau (Francia), fue enterrado en el Cementerio Civil del Este, en 1915. Su monumento funerario incluye símbolos masónicos, como las dos columnas o la pirámide.
g) Y esto nos lleva a un aspecto que no conviene olvidar del “entorno filosófico” del Instituto Lope de Vega: la masonería.
El krausismo estuvo desde sus inicios vinculados a la Orden masónica: Krause fue un destacado masón, y pertenecieron o se relacionaron con la masonería Sanz del Río, Giner de los Ríos y Salmerón. Asimismo, los ideales krausistas de libertad, tolerancia, perfección ética a través de la educación y una “Alianza de la humanidad” tienen sus raíces en la filosofía masónica.
Pues bien, la masonería española tiene su origen precisamente en la calle Ancha San Bernardo, donde se fundó en 1728 la primera logia fuera de Inglaterra, “La Matritense”, situada en el Hotel de Las Tres Flores de Lis, cuya sede estaba en el número 17 de dicha calle.
Los francmasones entraban a sus tenidas por la Calle de la Garduña, hoy desaparecida, debido a la ampliación de la Gran Vía.
h) Uno de los francmasones más activos de esta época fue Miguel Morayta y Sagrario (1834-1917), profesor de Historia en la Universidad Central desde 1856.
Su memoria se vio empañada por las acusaciones de sus adversarios de haber contribuido con la actividad de las logias masónicas a la independencia de Filipinas.
i) Finalmente, hay que citar la asociación entre espiritismo y krausismo (krausoespiritismo), cultivada en la Asociación del Centro Espiritista, situada en aquella época en la c/ Ballesta, nº 4.
Allí trabajaron los espiritistas Amalia Domingo Soler (1835-1909) y Manuel González Soriano (1837-1885), seguidor de Sanz del Río, quien trataba de explicar el espiritismo por las doctrinas de Krause, en su libro El espiritismo es la filosofía, 1881.
Espero que este modesto recorrido por el Barrio de la Universidad y su entorno filosófico haya sido de vuestro agrado; a mí, al menos, me ha resultado muy gratificante saber que, antes de convertirse en uno de los puntos de la “movida madrileña” y de ser un barrio relacionado con los bares de copas, este distrito madrileño destacaba especialmente por su iniciativa intelectual. Recuperémosla.
[Nota.- En el siguiente enlace: Mentor Actúa Lope de Vega tenéis la reseña que de este pequeño estudio se hizo en la Revista Digital de EducaMadrid].