Herbert Spencer (1820-1903) |
Herbert Spencer es hoy en día un filósofo prácticamente olvidado, o cuando menos marginal; sin embargo, igual que le sucedió a Eduard von Hartmann, fue uno de los intelectuales más renombrados del siglo XIX, posiblemente porque le ofreció al imperialismo británico los recursos teóricos para justificar su expansionismo colonial. Creador del denominado "darwinismo social", mantuvo que la competencia es clave para la evolución social, por lo que la intervención del Estado ha de reducirse al mínimo. La clave de todo progreso es la iniciativa individual, de manera que el socialismo es una teoría falsa, que el verdadero liberal ha de rechazar, si no quiere que la sociedad degenere y se extinga, desde el momento que la política socialista tiende a preservar a los individuos más "débiles" e inadaptados. Spencer no niega la caridad y beneficencia particulares, pero sí se opone a cualquier intervención del Estado a favor de los más desfavorecidos.
Igual que los organismos más fuertes sobreviven en la lucha por la supervivencia, las sociedades más avanzadas o evolucionadas tecnológicamente han de dominar a las sociedades más primitivas:
"En competencia con los individuos de su propia especie, luchando con los individuos de otras especies, el individuo degenera y sucumbe o prospera y se multiplica, según sus cualidades. Evidentemente un régimen contrario [como el socialista], si pudiera ser mantenido, sería con el tiempo funesto a la especie. Si los beneficios recibidos por cada individuo fuesen proporcionales a su inferioridad; si, por consiguiente, se favoreciese la propagación de los individuos inferiores y se entorpeciera la de los mejor dotados, la especie degeneraría progresivamente, y desaparecería bien pronto ante la especie que compitiese y la que luchase con ella.(...) Las sociedades humanas, en lucha y competencia unas con otras, deben ser consideradas como verdaderas especies o, mejor dicho, como subespecies o variedades, y no es menos cierto, porque se trate de ellas, que sucumbirá la que favorezca el desarrollo de sus unidades inferiores con detrimento de las superiores. (...) Deliberadamente he dicho "la sociedad, considerada en conjunto", porque no pretendo excluir ni condenar la prestación de auxilios en la esfera individual. Aun cuando estos auxilios, otorgados indirectamente y de manera que capaciten a los tipos inferiores para multiplicarse, sean censurables, no obstante, en ausencia de la asistencia social, individual, reclamada en mayor número de casos que ahora, y asociada a una idea más clara de la responsabilidad, pues, en general, recaer en beneficio de las personas infortunadas en vez de favorecer a las indignas, sin contar con que la sociedad obtendrá por este medio las ventajas resultantes del desenvolvimiento de los sentimientos simpáticos. Mas nada de esto es obstáculo para sostener que debe mantenerse la diferencia radical entre la moral de la familia y la moral del Estado; y que, en tanto que la generosidad debe ser el principio esencial de la primera, la justicia debe ser el principio esencial de la segunda. (...)
"Obsérvese, además, que los animales carnívoros no hacen tan sólo desaparecer en los rebaños de herbívoros a los individuos torpes o débiles por la edad, sino también a los enfermos, a los mal conformados y a los menos ágiles o robustos. Gracias a este proceso depurativo y a la lucha general que entre los mismos herbívoros se entabla en la época de celo, se evita la degeneración de la raza por la multiplicación de sus individuos inferiores y se asegura el mantenimiento de una constitución adaptada completamente a las condiciones circundantes y la más propia, por lo tanto, para procurar el bienestar.
"El desenvolvimiento de los seres superiores consiste en el progreso hacia una forma de vida en la que la felicidad no esté limitada por la inevitable existencia de estos deplorables accidentes. La raza humana debe realizar este desideratum ; la civilización es la última etapa de su cumplimiento; y en el hombre ideal deben darse todas las condiciones de este cumplimiento característico. Entretanto, el bienestar de la humanidad actual y su progreso hacia la perfección final están asegurados por esa misma disciplina, bienhechora aunque severa, que extiende su imperio por toda la creación animada; implacable disciplina cuando se trata de la prosecución del bien: ley inexorable que no economiza en ningún caso la imposición de penas parciales y transitorias. La pobreza de los incapaces, la angustia de los imprudentes, la miseria de los holgazanes, ese soterramiento de los débiles por los fuertes obedece a los decretos de una benevolencia inmensa y previsora. (...) La humanidad ha de someterse a las necesidades indispensables de su nueva posición, amoldarse a ellas y resistir lo mejor posible las desgracias que son su corolario. Hay que seguir el proceso y aceptar el sufrimiento. Ningún poder sobre la tierra, ninguna medida imaginada por legisladores hábiles, ningún proyecto destinado a rectificar el curso de las cosas, niguna panacea comunista, ninguna reforma, pueden disminuir aquel sufrimiento en un ápice: puede, sí, aumentarse su intensidad, y se la aumenta de hecho, y el filántropo que se proponga remediar este mal hallará siempre amplia esfera en qué ejercitarse; pero el cambio lleva consigo una cantidad normal de sufrimiento que no puede ser reducida sin atentar a las leyes de la vida." (SPENCER, El individuo contra el Estado. pp. 96-100)
Sobran los comentarios.
Sobre la vida y obra de Spencer:
* http://es.wikipedia.org/wiki/Herbert_Spencer* http://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/spencer.htm
* http://www.ibe.unesco.org/publications/ThinkersPdf/spencers.pdf
Y sobre el darwinismo social:
* http://es.wikipedia.org/wiki/Darwinismo_social
* http://www.eumed.net/tesis/jcmc/1d.htm
* http://uimpi.net/entry/texto/34219/que-es-el-darwinismo-social.html
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