Un José Mota aún no "quemado" satiriza de forma hilarante los debates filosóficos entre Platón y su discípulo Aristóteles. En algún sentido, recuerda a Las Nubes de Aristófanes, aunque allí el protagonista fuese Sócrates. Y prueba, de paso, que el verdadero filósofo tiene que reirse incluso de sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario